Some people want to fill the world with silly love songs.-

Él la cuida porque si no lo hacen entre ellos no lo hará nadie, lo sabe, pero tampoco lo saca a la luz, hay algo en Seth que no le permite bajar los brazos ni buscar escusas para su mala suerte. Su padre le había dicho una vez que nunca pierda esas esperanzas tan puras, que era lo mejor de su ser.

Por fín sueña y sus sueños son toda una película. Esta vez no son cosas que ella quisiera olvidar, son recuerdos de infancia con Seth, con Jacob en la Playa de La push...Todos jugaban como si no hubiera mañana, felices.
Leah hacía pasteles de arena y ellos castillos.
Una sonrisa se dibujó en sus dormidos labios.

Otro recuerdo invadió su mente, Emily. Ambas casi adolescentes maquillándose por primera vez. Era increíble que olvidara todo aquello en su afán de restregarle a Sam por no haberle dicho la verdad desde un principio.

Le gustaba lo que Leah soñaba, recordaba aquello vagamente, el lobo arena miró a su hermana y comenzó a pensar en un día en particular, no sabía si era así pero así estaba en su mente.

Tenía apenas un año y su hermana unos cuantos años más, lo llevaba de la mano, enseñandole a caminar, era tan pequeña que parecía una enana grande. Su enana, su dulce enana.

Y los pensamientos de él se filtran en su cabeza, mesclandose en sus sueños, completando esa escena.
Recuerda ese día como si fuera ayer. Es su recuerdo feliz, ese que guardas para cuando quieres parar de sufrir.

Seth tenía un año y ella tres o cuatro, no sabe bien. Leah vestía la ropa y zapatos de su madre para que Seth creyera que era Sue y confiara en ella. El pequeño da los primeros pasos y su plan resulta. Lo recibe con un abrazo y sus padres llegan de la casa de los Blacks. Los ven y ríen.

La morena ríe en sueños, iluminando la noche que estaba cayendoles encima.

El lobo abrió la mandíbula y pareció sonreír alegremente, espiaba en los sueños de su hermana y ese recuerdo no era tan detallado como ella lo recordaba, se veía a si mismo comon bebé y a ella tan alta con los tacones de su madre que le parecía enorme, ahora ambos casi se igualaban en altura y a él le faltaba crecer.

Quiere volver a esos tiempos donde cometía locuras, y no sólo ella, todos, y no importaba por que al otro día empezaba todo de nuevo y todos eran felices.

Te quiero, Seth ...-susurra dormida, cambiando de posición más sin cambiar esa sonrisa.

Quizo decir yo tambien pero lo que salió de su mandíbula fue un aullido fuerte y alegre, cuando se dió cuenta ya la veía despertar y pegarle por ser tan inoportuno y despertarla, la observó y miró hacia otro lado, como buscando a que animal hecharle la culpa de eso.

Despertó de un saltó luego deescuchar un aullido en su oído. Pensó que era Paul o Jared, intentando molestarla una vez más pero no, era Seth.
Los recuerdos llegan vagamente a su cabeza, de a uno.

Sonríe amplia, con las mejillas algo sonrosadas por el cambio de su temperatura.- Tuve el mejor sueño, y ni los chupasangre pueden quitarme aquello, no esta vez...- murmura amarrandose el cabello.

La mira silencioso, no había reto? Geniaaaaal! Seth había cumplido su meta, ahora no debía cambiar el humor de Leah, el alto y delgado moreno apareció dejando su disfraz de lobo para ser nuevamente ese cordero adorable.

La mira nuevamente, con los pantalones en las rodillas.

Le golpea la frente, de un manotazo, lo más despacio que sus fuerzas lobunas le permiten. Que podía hacer?, era vengativa y no hacia excepciones. Lo llevaba en la sangre.

No debiste despertarme...- es lo único que dice, antes de echarse a correr, con una sonrisa radiante, de comercial de dentrifico.

No se saldría con la suya Seth rió por el manotazo y se puso de pie para seguirla, al dar dos pasos largos se enrredó en el pantalón bajo y cayó al barro ensuciandose más si podía. Era una sola mugre. Tenía el rostro marrón de tierra y agua y ni hablar de su cuerpo.

- Leaaaaaaaaaaaaah!! - la llamó poniendose de pie y agarrandose el pantalón, corrió por donde ella se había ido, como si ambos jugaran a las escondidas.

Ella lo venía venir por eso lo hizo. Pantalones a medio poner, distracción absoluta sólo tenía que actuar.

Escucha la caída y el grito largo llamándola, aumenta la velocidad. No por nada era la más rapida de la manada.

Salta un tronco en su carrera, no podría alcanzarla a menos queela se detuviera, con la lengua afuera el pequeño Clearwater subió a un árbol como un monito y divisó a su hermana a lo lejos. Se bajó y se sentó con la cabeza apoyada en sus manos, como si llorara, ella era rápida, pero él un experto actor. Pensó enseguida en que estaba perdido y no volvería a ver a su familia.

Se detiene despacio, mirando todas sus perspectivas. Su hermano lloraba, tenía que ir con él.
La loba era de instintos, no razonaba sólo actuaba asi que corre veloz en la dirección opuesta a la que iba, llegando en poco tiempo a metros de su hermano.Aulla.

Ya estaba acostado, hecho un ovillo de tierra. Solo esperaba que su hermana llegara, cuando ella lo hizo se quedó muy quieto y silencioso.

La loba gris claro se acerco lento, dudativa, aunque al final ya estaba a su lado moviendo una de sus patas delanteras en un intento de moverlo. Se queja.

"Seth"

Él pequeño se mordía la lengua por no soltar una carcajada, saltó sobre ella, abrazandose a su lomo, le gustaba fastidiarla, abrazó su gran cuello.

- Te engañé! - rió crío encima de ella.

Ella se habia convertido en loba en el camino solo para llegar más rápido y sólo era un broma. La mirada de la loba era todo menos felicidad, se sulfura demasiado rápido.

Aulla fuerte y agudo, dolorosamente molesto, cosa de torturarlo un poco.

- No seas quejica chucha, arranca! - le dijo sin otmar en cuenta su molestia, le gustaba sentir el pelaje brillante de su hermana en su cuerpo. Le acarició tras las orejas, mimoso.

De repente su cerpo se tensa y sacude la cabeza, nerviosa. Su hermano había tocado justo en los puntos clave del animal. Aulla un par de veces y corre a una velocidad inimaginable.

Tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no caer del lomo de la loba cuando ella comenzó a correr tan rápido, Seth se agarró fuerte de su cuello mientras sentía el aire fresco cortandole la risa y el rostro, no sabía como su hermana podía ir tan deprisa.

Era como si una extraña energía liberara toda la adrenalina de su cuerpo lobuno y tenía que botarla de algún modo. Gira persiguiendose la cola, fuerte. Casi ni siente a su hermano arriba suyo.

Escode su rostro en el pelaje de la loba gris, protejiendose del frío de la noche, la adrenalina y las ganas de divetise se habían esfumado tan rápido como el cansancio lo estaba venciendo, Seth bostezó y cerró los ojos, acomodandose en el lomo de su hermana.

Poco a poco disminuyó el paso, relajándose. Era como cuando a los caballos les golpeaban el muslo, velocidad, locura y más velocidad.

Cuando se detuvo tuvo que asegurarse de mantener el equilibrio de Seth sobre su lomo. Se había dormido.

Cuando dormía el moreno ni siquiera se movía, estaba tan cansado que descansaría hasta la noche de hanuka, no había nada más cómodo que su colchón personal: Su hermana.