Cold night, cold heart~

Era de noche, sí, y era demasiado extraño que una muchacha tan mimada como ella estuviese sola, con la vestimenta que llevaba puesta - un vestido ajustado y corto de color azul marino, con unos zapatos de tacón de aproximadamente 13 cm - pero no tenía las suficientes ganas de ir a la fiesta a donde tenía planeado ir, por lo tanto se desvió unos pocos 4 km, obviamente, que con su auto, ya que no tenía aún el estado físico necesario.
Se adentro en el oscuro bosque, temblando de frío, mientras su rubio cabello se enredaba en las ramas traviesas que salían de los árboles.
Llegó por fin a un claro mohoso, pero de todas formas se dejo caer al pie de un árbol apoyando su espalda en el frío tronco.

Era tarde para que Jake anduviese por allí solo, y en Forks! Pero era un secreto que mantendría hasta que alguien lo supiese.

Convertido en licántropo, se paseó entre los árboles buscando algún chupasangre desviado de su camino. Él era quien estaba desviado, eso era más que obvio, pero siempre había algun vampi-hielo que se cruzaba.

Pero libre como ocurría siempre al correr, desactivó sus pensamientos, pues no quería que nadie del grupo lo supiese.

Aburrida, sola, y helada en ese lugar, no había mejor cosa que hacer que cerrar sus ojos, y cantar la mejor de las canciones que en el mundo pudiese existir. Obviamente de su banda preferida.
- Little darling, it's been a long cold lonely winter. Little darling, it feels like years since it's been here - cantó con su voz presiosamente afinada, armoniosa y tranquilizadora.

Los sentidos de Jake estaban activos hasta cuando dormía, algo que logró desarrollar a lo largo de los años...Y era común que escuchara ruidos en el bosque, pero aquella voz, parecida a la de un ángel, hizo que dejara de correr. Sí, estaba loco, de seguro...Pero aún así se desvió del límite y corrió en busca de esa voz; su cuerpo mandaba ahora.

Siguió cantando, desconectada completamente de cualquier cosa que pasara en ese momento, ahora era ella, su canción y su voz, nada más y nada menos.
- here comes the sun, here comes the sun, and i say. It's all right - movió su cabeza suavemente de un lado al otro al compás de la canción que ella cantaba con tanta emoción. Comenzó a jugar con el cesped humedo, pasando su mano por los ápices de los pastos.

{HereComes the Sun *-* El tema de Madden y Sun }


Cuando divisó a una rubia apoyada contra un árbol, sentada sobre el césped, solo se quedó detrás de un árbol, observando. Podría cambiarse de forma en cualquier momento e irle a hablar, pero solo quedaría con sus pantalones, y dudaba estar presentable con éstos rotos. Por lo que solo observbó.

{Obvio chiquito ♥}

Tarareó antes de volver a cantar desde donde había dejado, aún con sus ojos cerrados y su cabeza moviéndose al compás. Pero ahora había que agregarle que había dibujado una hermosa sonrisa con sus labios color cereza. - Little darling, the smiles returning to the faces. Little darling, it seems like years since it's been here. Here comes the sun, here comes the sun, and i say it's all right - cantó una vez más con su misma voz armoniosa.

No hizo falta saber que aquella era un humano, ya que aquel olor tan común a shampoo, de seguro de fresas, le llegó hasta su interior, hasta lo más profundo. Pero aún así no se alejó. Lo único que hizo para que aquel olor lo llenara aún más, fue convertirse en aquel morocho con sus gemelos en cada brazo y quedarse más cerca, aún no visible a sus ojos. Pero se quedó, escuchando. No quería interrumpirle nada.

Abrió lentamente sus ojos, dejando a la vista ese color celeste-verde. Se recostó en el cesped húmedo sin importarle NADA, tenía un frío increible, pero si quería hacerlo lo iba a hacer. Ella era como el símbolo de la paz, QUIERO, PUEDO Y LO HAGO. Su lema, desde hace ya años.
Siguió con su canción - Sun, sun, sun, here it comes. Sun, sun, sun, here it comes - dijo, como terminando el fragmento cantado por ella, ya un poco cansada. Se quedó mirando el cielo oscuro y algo tapado por las copas de los altos y enormes árboles del lugar.

Salió de los árboles y la observó en silencio. Aquella rubia, su rostro, brillaba debajo de la luz de la luna. Era muy parecida a Bella, cuando estaba pálida...No, basta de ser tan masoquista y dañarse pensando en ella. Pero no podía hacer otra cosa para evitarlo.

suspiró pesado mientras observó la figura de la chica, pensativo.

Perdida en sus pensamientos logró oír un suspiro pesado a la derecha de donde estaba su cuerpo. Se levantó lentamente, sin miedo a nada y aventurero como ella era. Vió a un muchacho musculoso, de piel bronceada.
Lo miró con una ceja levantada, pensando 'Qué carajo...' pero no lo expresó verbalmente, aún.
- Hola, sí, ¿que tal?- dijo de forma irónica, para luego contener una pequeña carcajada. A quién engañaba, se quería hacer pasar por la mujer seria, pero no podía evitar reír, era su manía. REÍR

No respondió. Es más, el moreno, aun enbroncado con Leah, se acercó más a la rubia, pensativo. No sabía que hacía, no no.

-Hola.-respondió al fin, sonriendo ladeado. La observa penetrante.

En un principio, cuando el muchachón se acercaba, temió por su vida, ese chico podría quebrarle hasta el último hueso de su cuerpo sin el mínimo esfuerzo.
Se levanto del cesped, mientras un escalofrío, recorría su columna. Le dedicó una sonrisa al fin al muchachote, sin temor ya.
- Me presento, soy Amelie, muchacha de Forks, la cual está completamente aburrida y pensativa en un bosque a 3 km de la ciudad, a punto de contraer una neumonía, a las 2.00 am - terminó por fin, escuchando sus propias palabras y pensando que estaba loca. Le sonrió otra vez.

Cuando la ve de repente ponerse de pie, piensa el motivo por el cual la rubia se había puesto tan...tensa. Él se había acordado de ponerse los pantalones antes de salir de atrás de aquel árbol; porque sí, en cada árbol del bosque, enterrados apenas, habían pantalones. Su manada era muy cuidadosa con respecto a eso. PEro quizás su pecho descubierto la haya puesto algo nerviosa.

-Soy Jake, estoy perdido y cuando te escuché, quise saber de donde venía la voz.-dice devolviendole la sonrisa, siempre con tanto carisma. Había mentido en eso de estar perdido.

Se encogió de hombros y luego miró el suelo, algo ida de sí, como siempre.
- Dime de dónde eres y quizás pueda llevarte en mi camioneta - dijo sincera y depositando toda su confianza en el muchacho musculoso, que tranquilamente podría correr hasta New York.
Subió la mirada para depositarla en los ojos del muchacho, estos eran de un color café. Luego bajó la mirada hacia el pecho descubierto y lleno de musculos super desarrollados y pensó en el frío que debería estar pasando. - Oh, debes de estar muerto de frío - dijo ya empezando a preocuparse de un extraño. Ella era extremadamente sobre protectora, hasta de los extraños.

-No...NO te preocupes, estoy bien.-dice tranquilo. Es que sí, lo estaba. Aunque de alguna rara forma; él estaba en Forks, donde no debía. Había un límite y él lo había pasado.

Rió cuando preguntó si tenía frío.
-Estoy muy caliente.-susurró con gran ego. Había un doble sentido en aquello, el cual notó cuando lo terminó de decir.-¿Qué hacías aquí, Amelie?-pregunta curioso.

Ignoró el doble sentido de la oración, aunque ella no creía que el muchacho lo dijera de forma mal pensada. Lo miró nuevamente fijo a los ojos, y luego contestó la pregunta que no sabía. - realmente no tengo idea, fue como si tuviese la necesidad de escapar de todo, y simplemente me deje llevar, manejé hasta aqui sin saber realmente a dónde me dirigía y terminé aquí, pensando en la nada misma - desvió su mirada de color celeste hacia el cielo. Luego preguntó - ¿Qué hacías tú?

-Así que eres esa clase de chica que se siente encerrada y busca libertad.-murmura para sí, pero después cae que lo dijo en voz alta.-Emmh, estaba caminando con unos amigos y hace unas 3 horas que desaparecieron. Conocemos el bosque de pies a cabeza, pero creo que cada uno se fue por su parte.-comenta sonriendo encantador.

Se podría decir que así soy yo - dijo sonriente, orgullosa de si misma. Luego escuchó lo segundo que decía y comentó - Así que eres como otro animal más del bosque - bromeó antes de volver a sentarse en el húmedo y congelado cesped.

Se queda pensativo. Había dado justo en el palo...Pero jamás dirá nada. Ser licántropo era un secreto...Más allá de saberlo Bella y sus amigoschupasangres.

-Mmmh, sí, podría decirse.-comenta sonriendo cual niño. Se acerca y se sienta delante de ella. Quizás era que estaba acostumbrado al bosque, que ni siquiera se fijó en qué lugar se sentaba.

- Por qué nunca te he visto en Forks?- preguntó con curiosidad, mirando como el morocho se sentaba delante de ella. Lo miró a los ojos, como analizando sus pensamientos, cosa imposible ya que ella no podía hacer.

Sacude la cabeza levemente.

-No nací en Forks. Soy de La Push.-explica. Por suerte no había nacido en aquel pueblo triste, en donde los chupasangre iban y venían sin importarles las personas que lastimaban y el olor que dejaban.-Me parece que me alejé demasiado del grupo para haber llegado aquí a Forks.-murmura pensativo, intentando serlo.-¿Tú naciste aquí en Forks?